Historia

La Rectoría fue inaugurada el 4 de octubre de 1994. El templo fue formalmente donado a la Arquidiócesis Primada de México, Asociación Religiosa, por el señor José Humberto Artigas del Olmo, por iniciativa y bajo el patrocinio de su padre, el arquitecto Francisco Artigas y Carranza (1916-1999), quien aportó la totalidad de los recursos necesarios para adquirir el lote de terreno y su construcción.
Desde su infancia Francisco Artigas Carranza fue un hombre devoto con una inmensa fe en Dios, a quien agradeció toda su vida los dones y bienes recibidos, inspirado por las enseñanzas de su madre Ana María y su nana Jesús, y posteriormente apoyado por su esposa Carmen, con quien procreó diez hijos y quien la acompaño en su matrimonio por más de cuarenta años.
La advocación del templo a San Francisco de Asís se debe a la admiración y al amor que Francisco sentía por su santo patrono, a quien acostumbraba festejar cada 4 de octubre, con gran alegría, en unión de sus familiares y colaboradores.
Francisco Artigas fue observador y gran admirador de la naturaleza. Cuando algún amigo le sugería colocar una pintura en algún muro de su casa, Francisco contestaba que prefería tener una ventana; cuando por las mañanas salía al campo a practicar su deporte favorito, no dejaba de mirar hacia arriba y hacia su alrededor, dando gracias a Dios por la grandeza de su creación y de ahí su imaginación y el sueño de algún día poder construir un templo rodeado de árboles y plantas, con grandes ventanales para mirar al Cielo.
Durante su vida Francisco colaboró en diferentes proyectos, reconstruyendo y remodelando templos, pero siempre tuvo el sueño de diseñar y construir uno en especial agradecimiento a Dios y a San Francisco de Asís.
Después de muchos años de trabajo en los desarrollos inmobiliarios de Rancho San Francisco, Tenis San Francisco y Cerrada del Carmen -todos dentro de la comunidad de San Bartolo Ameyalco-, llegó el día en que se dieron las circunstancias que permitieron que el sueño de construir ese templo dedicado a san Francisco se hiciera realidad.
El templo debía construirse con materiales naturales y sencillos, tener árboles como paredes y grandes ventanas y tragaluces para crear la ilusión de acercarse al Cielo. Además, ubicarse a modo de permitir el acceso no solo a los vecinos de Rancho San Francisco, sino tener sus puertas abiertas a toda la comunidad.
A partir de su inauguración, la comunidad de San Francisco de Asís ha sido bendecida con la administración y formación religiosa, regida por sacerdotes de gran preparación y profesionalismo, como han sido, en orden de aparición:
Pbro. Enrique García, Pbro. Juan Manuel Díaz Velasco, Pbro. Mons. Joaquín Escalante Cortina, Pbro. Mario Ángel Flores Ramos, Pbro. Adrián Lozano Guajardo, Pbro. Carlos Eloír Blanco Ponce, Pbro. Luis Guillermo Anaya Reyes, Pbro. José Alberto Hernández Ibáñez.
En una ocasión, durante la visita a nuestra querida Iglesia, un sacerdote le comentó a Francisco: “Arquitecto, ésta es la antesala del Cielo” y al escucharlo, Francisco se emocionó y lloró de alegría, al hacerle sentir que realmente había logrado la mejor obra de su vida.